24 marzo 2012

Pandeirada, comenza a foliada

Convocatoria a reunión para celebrar 
Una pandeirada es la composición musical que se interpreta con pandeiros y otros instrumentos de percusión, y que en ocasiones se acompaña de cánticos y bailes, si bien el toque del pandeiro y la melodía llevan distinto acento: el instrumento ternario, y la voz, binario.

La pandeirada guarda una gran similitud con la muiñeira, incluso algunos creen que es la antecesora directa de ésta, así que posiblemente sea la manifestación más antigua del folclore gallego, y por ello su análisis permite mejor que otras manifestaciones acercarse del sentir original de una tradición.

Es adecuado que las foliadas, las reuniones nocturnas de gente para divertirse, cantar e bailar, comiencen con el sonido de una pandeirada. Es la llamada tradicional a la reunión, al despertar de la alegría y el festejo.


“Todo estudio relacionado con el asunto folklórico debe por fuerza hundir sus raíces en el pasado más o menos remoto. Sabido es que la gran mayoría de los instrumentos que hoy son populares tienen su origen en las viejas culturas pre-clásicas, donde a veces tuvieron un uso muy distinto al que hoy tienen y desde donde han llegado hasta nosotros por uno u otro camino.”(1)

EL llamado pandeiro tiene diversas formas, existe el cuadrangular formado-por una caja cuadrada de madera, cerrada con piel en sus dos caras principales; y el llamado pandeiro gallego que oculta en su interior pequeños cascabeles metálicos, el duffe portugués usado como acompañamiento en ciertos cantos de trabajo o el pandero de la comarca catalana de Urgel, donde se adornan con pinturas y cintas para interpretar las llamadas "canciones de pandero"

La primera representación de una pandereta la encontramos en los frescos de Catalhuk (Anatolia), que representan grupos de gente participando en cierta fiesta acompañada de música y danza; estos personajes sostienen en sus manos la primera representación conocida de un pandero redondo (la escena se remonta aproximadamente a unos 5.800 años a. de C.).


De este lugar es originario el culto a Cibeles, que acabó colonizando todo el Mediterráneo bajo el impulso del imperio romano y asociándose a los cultos indígenas a la diosa madre local. En Galicia el culto de Cibeles se asocia a la nativa Nabía, y así la Magna Mater alcanza el puesto provinente del panteón de la Gallaecia romana.


El týmpanon gozó de gran popularidad en la antigüedad, donde se asoció como instrumento sagrado de los misterios de Cibeles, a quien se representó a veces con un týmpanon o pandero en la mano.
Los sacerdotes de Cibeles lo introdujeron en Galicia, donde alcanzó una gran aceptación asociada al culto femenino de la diosa madre representada por un callao sagrado. Galicia y las regiones del norte peninsular conservan en muchas manifestaciones del folclore sus orígenes matriciales cibelinos.


La pandeirada y la mujer
Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días ha sido la mujer la encargada de tocar o acompañar su canto con el instrumento que nos ocupa. Un antiguo texto sumerio descifrado, nos informa de que la nieta del rey Naram-Sins (2291-2255 a. de C.), fue designada instrumentista de balag-di (nombre del pandero sumerio) en el Templo de Moor en Ur, de modo que este sería el primer testimonio que asocia la pandereta con las mujeres y con las actividades religiosas en el Asia Occidental, Egipto y el Mediterráneo antiguo. Es sabido también que la Diosa Madre Ishtar poseía un culto poderoso en la antigua Mesopotamia, donde jugaba el pandero -y desde luego, las mujeres- un papel muy destacado.

Esa relación entre el pandeiro y la mujer es la que confiere la identidad como instrumento de la diosa madre Cibeles y de sus sacerdotes, eunucos afeminados.

En Galicia existen una diversa e interesante dedicación de mujeres pandereteiras que se identifican plenamente con el sentido original del instrumento y su función: llamar a la alegría y la fiesta. Algo también reconocido en otros pueblos del norte de la península donde encontramos jóvenes tocadoras de pandereta llamadas "pandereteras" en Santander, o las "triquitixas" vascas que tocan y cantan sus cantares.

Los gallegos que desde nuestra infancia hemos sentido la convocatoria realizada por unas manos de mujer sobre un pandeiro, reconocemos a lo largo de los años la impronta que invita a la celebración y a la fiesta.
El ritmo sordo de percusión profunda. La misma piedra convocando a su pueblo.



1 comentario: